El
colegio cuenta con dos cocinas, donde se preparan los alimentos de los alumnos
y del personal en general, de ella se generan aproximadamente, por semana, tres
bote (de 200 litro cada uno) de basura revuelta; del total, un 20% corresponde
a basura orgánica (solo cascaras o desechos de frutas y verduras sin procesar).
Antes
del proyecto no se llevaba a cabo la separación de residuos orgánicos. A partir del diagnóstico inicial, se separa
la basura orgánica en las cocinas, esperamos en la siguiente etapa del
proyecto, tener recursos para invertir en botes exclusivos de basura orgánica y
establecer, por tanto una campaña permanente de lombricomposta.
La
escuela, a pesar de que tiene un espacio amplio, todas las áreas están
asignadas para diversas actividades, por lo que el encontrar un espacio para
establecer la composta directa en suelo fue complicado. Además, el manejo de la
misma debe estar en una zona donde los alumnos no se acerquen y puedan caer en
ella o le de mucho el sol. Después de diversos mediciones y observaciones, se
estableció la zona de compostaje, la cual será llevada a cabo inicialmente por
los terceros grados, esperando que en la vacación o cuando los alumnos tengan
una mucha carga académica, esta pueda ser llevada por el personal de cocina y
de mantenimiento.
El
proyecto de lombricomposta puede considerarse como una práctica fácilmente
replicable en otras dependencias, ya que requiere para su mantenimiento y
conservación pocos requisitos: es de fácil establecimiento y la inversión no
supera los setecientos pesos ($700.00), los cuales pueden ser reducidos solo a
la inversión en pie de cría de la lombriz ($300.00).
A
medida que se aumente el nivel de camas de lombricomposta, podemos ser, dentro
de nuestro sector, una escuela que pueda obsequiar pie de cría a otras escuelas
interesadas en la lombricomposta urbana, impactando externamente de forma
positiva con nuestro proyecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario